¿Cómo hacen las aves marinas para sobrevivir al impacto de un violento huracán? Recientemente un amigo me envió un artículo interesante acerca de esto. Las aves usan una técnica sencilla: vuelan en la misma dirección que los vientos, hacen una espiral hacia el centro del huracán. De esta forma, son atraídas hacia el ojo en calma de la tormenta, donde los vientos son relativamente tranquilos y pueden esperar hasta que el huracán finalmente se disipe.

Podemos aprender mucho de estas sabias aves. En algún momento de nuestra vida (seguramente más de una vez), cada uno de nosotros es atacado por los vientos de las tormentas kármicas. Tenemos la opción de reaccionar de distintas formas:

  1. Podemos negarnos a aceptarlo y vivir en la tierra de fantasía de: “Esto no está pasando realmente.”Si hacemos esto, de todos modos, terminamos siendo golpeados, y no somos capaces de protegernos a nosotros mismos hasta que es demasiado tarde. Puede ser que nunca aprendamos las lecciones que esta prueba kármica, se suponía que nos iba a enseñar.
  2. Podemos culpar a lo demás por nuestra desgracia y adoptar la actitud: “Esto es todo culpa de los demás.”Así nuestro pensamiento se mueve de esta forma: “Yo estaba bien, y si ellos no hubiesen actuado mal, no hubiese ocurrido nada de esto.” Perdemos la oportunidad de aprender cuál fue nuestra parte en crear el karma difícil, y la tormenta dura más de lo esperado.
  3. Podemos ahogarnos en remordimientos: “¿Por qué esto me está pasando a mí?”¿Puedes imaginarte a un ave marina volando en medio de una tormenta pensando: “¿Por qué yo?” Si mantenemos las cosas en perspectiva, comenzamos a darnos cuenta de que nuestro sufrimiento es una mera gotita en el vasto océano de la vida humana. Es mejor verlo desde una perspectiva más elevada y pensar: “Yo mismo creé el karma que me está trayendo este sufrimiento. En este momento, por mi acción correcta, puedo destruir su poder sobre mí.”
  4. Otra opción es resistir: “Volaré contra estos vientos sin importar lo que pase.”Mientras que el uso de la fuerza de voluntad, es de hecho importante para superar obstáculos, también es necesario usar el discernimiento, medir la fuerza de nuestro oponente y saber cuándo es momento de tomar otro rumbo. La Hermana Guianamata, la discípula más avanzada de Paramhansa Yogananda, una vez contó que ella sabía que una prueba kármica inevitable estaba viniendo hacia ella. Oró para pedir guía, y la oración que vino inmediatamente a su mente fue: “No cambies ninguna circunstancia de mi vida. Cámbiame a mí.” No se resistió a la prueba, sino que oró para ver qué patrón interior tenía que atrajo la prueba y poder cambiar ese patrón.
  5. Por último, podemos seguir el ejemplo de las aves marinas en el huracán. Podemos usar la fuerza de voluntad para volar con los vientos turbulentos, no contra ellos, para que seamos llevados a descansar en la calma del ojo de la tormenta. Con este enfoque, pensamos: “Usaré un poder mayor que el mío, para superar esta prueba.”

Swami Kriyananda, escribió una hermosa alegoría en la ceremonia del Festival de la Luz, acerca de una pequeño pájaro que vuela a través de una tormenta, simbolizando el viaje del alma hacia la Libertad:

“Al llegar la tarde, [el pequeño pájaro] entro en una nube tormentosa y pronto se encontró luchando por su vida. El viento y la lluvia azotaban sus alas. Cuanto más luchaba, más débil se volvía.

“¡Entrégate en mis manos!”, gimió el viento. “Así podré sumar mi fuerza a la tuya”. Al fin el pajarillo presto atención a este consejo. Entonces, repentinamente, se encontró planeando alegremente, a gran altura por encima de las nubes.

Las horas pasaron y cayo la noche. El pajarito se asustó. “¿Cómo puedo volar en esta oscuridad?”, lloró. Y la noche susurro, “No temas. La paz te espera en lo desconocido. Abandónate en Mí y tu fuerza se renovará”. Y después de un tiempo, el diminuto rebelde se rindió y descubrió que el consejo de la noche era cierto.

Y la lluvia y el cielo y los campos cubiertos de hierba cantaron: “Mira, la fuerza para volar nunca ha sido tuya. Vuélvete hacia la fuente de todo poder, si quieres vencer el miedo y la debilidad”.

Y el pájaro pregunto. “¿Dónde puedo encontrar esa fuente?”.

Y contestaron, “Busca en las lejanas profundidades del Ser, dentro de Ti mismo”.

Entonces, ¿Cómo encontramos esta fuente interior de fuerza, ese centro en calma en medio de la tormenta de la vida? La meditación nos ayuda a experimentar la paz de nuestro Ser interior. La humildad y la abnegación son actitudes que nos muestran cómo trascender las limitaciones y el orgullo del ego. La fe en el poder de Dios nos permite abandonar el pensamiento de que es solo por tu propia fuerza que prevalecemos.

En el hermoso poema del Maestro, “¡Dios, Dios, Dios!” encontramos estas palabras:

Cuando las ruidosas tormentas de las pruebas griten,
Y cuando las preocupaciones me aúllen,
Ahogaré sus ruidos, cantando en voz alta:
¡Dios! ¡Dios! ¡Dios!

Dios es la calma en el ojo de la tormenta de la vida. Nuestra tarea es ir hacia el interior y hallarlo.

Tu amiga en el viaje,

Nayaswami Devi

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