Tomar buenas decisiones es una de las habilidades más importantes en la vida, y sin embargo prácticamente no hemos tenido entrenamiento para ello. A veces se les da poca energía incluso a elecciones que definen nuestra vida, como el matrimonio, el empleo o emprender una búsqueda espiritual. Aquí hay un ejemplo esclarecedor.

Hace algunos años, en India, cenamos con un buen y noble hombre que alguna vez había sido doctor. Un fin de semana, dos amigos le dijeron que iban a tomar un examen extremadamente competitivo para calificar para empleos de servicio civil de alto nivel. Si tenían éxito, se les garantizaría una vida de seguridad financiera y estatus alto. Más de un millón iban a tomar el examen, y ellos se habían estado preparando durante meses. Casi en broma, invitaron a nuestro amigo doctor a que se presente. Probablemente pueden adivinar el resultado—solo él pasó el examen. Cuando lo encontramos años más tarde, y relató la historia, el mantenía el importante empleo de planificar los patrones de tránsito para toda el área de Delhi y, de hecho, estaba asegurado financieramente y era muy respetado. También estaba desesperadamente insatisfecho. En un capricho, había abandonado su vocación original.

¿Alguna vez has encontrado a alguien que, como él, se encontró en una especie de tren bala kármico que lo llevaba en un paseo que en realidad nunca había pedido, y mucho menos dirigido conscientemente? Tal vez esto alguna vez te ha pasado. Aquí están las formas en las que usualmente tomamos las decisiones, y cómo podemos mejorar.

1) Decisiones subconscientes, dirigidas por el hábito, impulsivas.  Muchas decisiones diarias, y algunas críticas, son tomadas por un impulso subconsciente. Parecen simplemente ocurrir, y solo más tarde nos damos cuenta de sus repercusiones. El remedio: Ten claridad de tus objetivos en la vida.  Swami Kriyananda escribió, “La vida es una búsqueda del gozo interior.” Si para ti ese es un objetivo en la vida, entonces evalúa las decisiones que tomas, grandes o  pequeñas, para ver hacia dónde te están llevando.

2) Decisiones conscientes dirigidas por la razón. Las decisiones conscientes a menudo se toman pensando y preocupándose mucho. La dificultad es que son limitadas por el grado de sabiduría que tenemos o no. El remedio: Pide guía. Paramhansa Yogananda dijo que oremos de esta manera: “Yo razonaré, yo querré y yo actuaré, pero Tú guía mi razón, mis deseos y actividades, para seguir el sendero correcto en todo.” También puedes pedir claridad a un amigo sabio y confiable.

3) Guía semi-intuitiva. Estos son los presentimientos que puedes tener, basados principalmente en las sensaciones y la experiencia. En la mayoría de los casos deberías confiar en tus instintos, pero obsérvalos con tu razón y sentido común.

Preséntale tu pregunta a la luz, sintiendo que eres una vasija vacía lista para recibir la guía divina.

4) Intuición superconsciente. Esto llega con la calma de la mente y del corazón, y un profundo deseo de sintonizar tu voluntad individual con Dios. Para decisiones importantes es bueno alejarte de tu entorno habitual. Toma un retiro en un lugar elevado. Deja que tu mente se calme, y luego medita profundamente. Preséntale tu pregunta a la luz, sintiendo que eres una vasija vacía lista para recibir la guía divina. En la profunda calma puedes escuchar los susurros de Dios, que pueden llegar como un pensamiento lúcidamente claro, o como un conocimiento profundo y calmo en tu corazón.

Cuando vives tu vida en sintonía con una consciencia más elevada, tus decisiones siempre te llevarán hacia los verdaderos objetivos de tu vida.

En amistad divina,

Nayaswami Jyotish

AnandaEspañol.org

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