A menudo hacemos esta pregunta a quienes recién hemos conocido para saber más acerca de ellos. Como es de esperar, la respuesta que la gente da es su ocupación: “Soy doctor,” o “cocinero,” o “mecánico,” o “madre de niños pequeños.”

Pero si llevamos su respuesta a un nivel más profundo, podemos ver que lo que la gente hace también refleja su consciencia. Los doctores a menudo son personas concentradas, meticulosas; los cocineros pueden ser creativos y serviciales; los mecánicos pueden tener mentes analíticas que entienden cómo funcionan las cosas. Y las madres de niños pequeños… bueno, están entre los verdaderos héroes de la vida.

Una vez estábamos con Swami Kriyananda cuando conoció a una persona nueva luego de una de sus charlas. Lo primero que le dijo fue, “Tú debes ser artista.”

“Sí,” respondió ella con gran sorpresa, “¿pero cómo lo supiste?”

“Te relacionas con el mundo visualmente, a través de tus ojos,” respondió él.

Entonces, ahora voy a preguntarte, “¿De qué trabajas?” No pienses en términos de los detalles de tu ocupación, o de la necesidad de ganar dinero, sino que pregúntate, “¿Por qué hago este trabajo? ¿Qué aspecto de mi consciencia me llevó a elegirlo?” Usa este pequeño autoanálisis para ayudarte a encontrar y cumplir tu dharma.

Tal vez seas enfermero, porque disfrutas ayudando a la gente con dolor. Entonces trata de recordar tu motivación interior, y por ejemplo cuando estés atrapado en medio del papeleo, recuérdalo. Esto puede ayudarte a continuar buscando significado y plenitud sea cual sea tu ocupación.

Pero consideremos la respuesta a la pregunta “¿De qué trabajas?” todavía con más profundidad. ¿Alguna vez has tenido esa experiencia en meditación en que intentas calmar tu mente, pero en lo único que puedes pensar es en todo lo que tienes que hacer ese día? Así comienza la batalla diaria entre el alma llamándote al interior y la mente inquieta empujándote hacia afuera.

Después de perder esta batalla demasiadas veces, tuve la idea de usar una actitud muy útil que fortalece al Rey Alma en la batalla. Reemplaza el pensamiento, “Debo hacer rápido mi meditación así puedo enfocarme en mi trabajo,” con este: “Mi meditación es mi trabajo real. Primero le daré lo mejor de mí y toda mi energía, y luego me ocuparé de mis otros asuntos.”

Honestamente, este simple cambio en el pensamiento puede hacer una gran mejora tanto en la calidad de tu meditación como en la satisfacción que obtienes de tu trabajo.

Paramhansa Yogananda escribió en una de sus oraciones: “Luego de contactar a Dios en meditación iré a ocuparme de mi trabajo, cualquiera sea este, sabiendo que Él está conmigo, dirigiéndome y dándome poder para llevar a cabo aquello por lo que me estoy esforzando.”

Cuando yo era una niña, los adultos a menudo me preguntaban, “¿Qué quieres ser cuando crezcas?” Con la inocencia de una niña, recuerdo que simplemente respondía “Feliz.”

Tengamos el pensamiento de que el verdadero propósito de la vida no es cumplir alguna ambición profesional, o hacer mucho dinero, sino encontrar la dicha. Cualquier trabajo que podamos hacer se suma a esto, pero nuestro verdadero trabajo es hacer esfuerzos profundos y regulares en la meditación para descubrir el tesoro oculto de la felicidad interior.

Tu compañera de trabajo,

Nayaswami Devi

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