Hace unos días tuve una percepción durante mi meditación. Estoy seguro de que estos destellos también deben llegarte cuando tu mente esta calma y abierta. Estaba tratando de profundizar mi concentración, y fallando. Este es un obstáculo común para los que meditan: Incluso los pensamientos de Paramhansa Yogananda estaban “distribuidos como las hojas en una tormenta” unos minutos antes de que su gurú le diese su primera experiencia de la consciencia cósmica. Leer o releer esa explicación en Autobiografía de un Yogui sería tiempo bien aprovechado.
La percepción que me llegó fue esta: no podía controlar mi mente inquieta en ese momento, pero había muchas cosas que podía controlar. Podía controlar si me sentaba a meditar o no, y qué técnicas iba a practicar. También podía controlar, aplicando un poco la fuerza de voluntad, por cuánto tiempo me sentaría, y si mantendría mi cuerpo quieto. Podría continuar, pero entiendes el punto: Cuando la meta es difícil o sutil, y más allá de nuestro control, no te des por vencido. Haz lo que puedas, y no te preocupes por el resto. Un viaje de mil millas está hecho de millones de pequeños pasos. Toma los pasos que estén dentro de tu capacidad, siempre extendiéndote un poco para no volverte autocomplaciente.
Ahora estamos en Delhi, y este fin de semana estamos lanzando un curso de tres días: “Viviendo el Gita.” Lo hemos estado preparando por casi un año, con la ayuda de un gran grupo de apoyo. Este curso representa toda una nueva dirección para Ananda, porque está diseñado para alcanzar a una audiencia mucho más amplia: aquellos que quieren mejorar sus vidas y circunstancias, pero no están listos para identificarse a ellos mismos como devotos, o incluso como potenciales devotos. Sin embargo sí se dan cuenta de que cualquier cambio duradero vendrá de una transformación interior y un entendimiento más profundo.
Durante uno de los días presentaremos un segmento llamado “La Persona Integrada.” Está diseñado a ayudar a la gente a verse a sí misma como individuos complejos con un cuerpo, mente/emociones, y un alma. Si realmente queremos mejorar nuestra consciencia, debemos trabajar en todos los niveles de nuestro ser. Abajo hay un divertido video ilustrativo.
Como pueden ver, hay cuatro niveles: Físico, Energía, Mental/Emocional, y Espiritual. Como regla, los cambios son más fáciles de hacer en un nivel más tosco que en niveles más sutiles. Comenzamos con dieta, ejercicio, dormir, y una vida saludable porque todos pueden ver estas cosas. La energía, la mente, las emociones, y el alma son más sutiles y generalmente requieren técnicas que nos tienden un puente desde lo obvio hacia lo más sutil. Durante el curso trabajaremos con técnicas como pranayamas, energetización, afirmaciones, introspección, y visualización. ¿Por qué? Porque PODEMOS.
Sigue trabajando en tus objetivos. Hay perlas divinas de amor y gozo escondidas dentro de cada uno de nosotros. Sí, debemos seguir sumergiéndonos. Pero no esperes alcanzar las profundidades en tu primera zambullida, o incluso en la milésima. Si solo seguimos haciendo lo que podemos con compromiso y sinceridad, todos alcanzaremos la dicha ilimitada de Dios.
En gozo,
Nayaswami Jyotish