“Solo quiero convertirte en quién y qué eres realmente.” Swami Kriyananda a menudo decía esto a los que concurrían por primera vez a sus clases. Él no estaba tratando de persuadir a las personas para que dejen la religión que habían elegido, ni necesariamente convertirlos al sendero y las enseñanzas de Yogananda. Más bien, él quería transmitirles a todos que todo el gozo, la satisfacción, la fortaleza y el entendimiento que buscamos en metas externas tiene que ser encontrado en nuestro propio ser.
Mientras escribo estas palabras, es 20 de Mayo de 2020: lo que hubiese sido el cumpleaños número 94 de Kriyananda si no hubiese dejado su cuerpo físico en 2013. Hoy hay celebraciones para él por todo el mundo, honrando su vida y compartiendo historias de cómo él cambió y bendijo incontables vidas.
Al mismo tiempo, el mundo está lleno de inseguridad, miedo y sufrimiento mientras la gente enfrenta los estragos causados por la pandemia. En medio de estas nubes oscuras de incertidumbre, la vida de Swamiji nos puede brindar una luz que nos guíe hacia adelante.
A lo largo de los años, lo vimos construir Ananda de un mero sueño a un movimiento mundial. El tenía la determinación y el valor que no eran disminuidos por ningún obstáculo que se presentase en su camino. Hubo muchos, y él nos mostró como enfrentarlos.
¿Qué pruebas en particular enfrenta ahora la gente? ¿Y cómo podemos obtener guía del ejemplo de Swamiji?
Una de las pruebas es la preocupación acerca de la escases de dinero para cubrir nuestras necesidades. Desde el principio, Swamiji tenía las finanzas muy limitadas como para construir Ananda. Pero él sabía que el dinero era solo energía en una forma condensada: Si el ponía la suficiente energía, entonces el dinero que necesitaba llegaría a él. Y así lo demostró. Con fe y amor absolutos por Dios en su interior, él salió adelante con energía dinámica, y los fondos necesarios siempre fueron provistos (a veces, es verdad, en el último minuto). En una de sus canciones, escribió:
No pido riquezas
Que la muerte puede destruir:
Te anhelo solo a Ti,
Tu amor, y Tu gozo.
Otra prueba que muchos están enfrentando es la soledad y el aislamiento. Al principio solo un puñado de devotos sinceros se unieron a Swamiji para ayudarlo a construir Ananda. Aunque muchos fueron y vinieron, Swamiji persistió porque tenía dentro de él mismo la fortaleza para continuar, incluso si eso significaba hacerlo solo. En otra canción escribió:
Que venga el que quiera, pero si todos se marchan,
La meta todavía te espera: ¡Continúa solo!
Por último, mucha gente está lidiando con el miedo a la enfermedad y a la muerte. A lo largo de su vida, Swamiji lidió con muchas enfermedades serias, incluso algunas que eran potencialmente mortales, pero él nunca les permitió que lo detengan. Él no temía a la muerte, porque sabía que su alma era eterna. En otra de sus canciones, él cantaba:
Los bailarines pasarán,
La canción debe terminar.
Le doy la bienvenida a la oscuridad
Contigo como mi Amigo.
Kriyananda afrontó cada prueba con estas palabras de Yoganandaji en su corazón: “No hay obstáculos, solo oportunidades.” Él la vivió, y triunfó. Por medio de su dedicación espiritual, Swamiji había realizado la verdad acerca de quién y qué era él realmente: una chispa del poder, del gozo, del amor, y de la fortaleza eterna de Dios. Nos mostró como nosotros, también, podemos vivir con la misma fortaleza, coraje y gozo a través de los desafíos de estos tiempos.
En una charla que dio acerca de enfrentar las pruebas de la vida, dijo: “Nos vemos a nosotros mismos luchando en el sendero espiritual mientras nos hacemos nuestro camino peleando a través de pruebas y dificultades, pero no dejen que nada los perturbe. Cada paso que dan les trae más luz y gozo. No es como si tuviesen que caminar a través de una oscuridad sin fin para que al final se encuentren una pequeña migaja. Cada paso les trae mayor fortaleza y habilidad para aceptar lo que venga. Con estos dones también encontramos la certeza de que solo hay una cosa por la que vale la pena vivir—eso que encontramos al final de todas las pruebas: La paz de Dios.”
Deseándoles luz y fortaleza interior,
Nayaswami Devi