Threads of Fate by Anna Shapiro who found Yogananda, author of Autobiography of a YogiHabía una vez un hombre de tal humildad y santidad que atrajo el interés del Padre Celestial. Un mensajero de Dios le fue enviado para ofrecerle cualquier bendición que pidiera.

Al principio, al santo no se le ocurrió nada que pedir, pero luego dijo: “En mis viajes como monje errante, los caminos de muchas personas cruzan el mío. Concédeme el don que donde quiera que vaya, cuando mi sombra caiga sobre alguien, él o ella sea sanado o bendecido. Pero concédeme otra gracia: que yo nunca lo sepa.”

Estoy leyendo un libro extraordinario, “Hilos del Destino” (Threads of Fate), escrito por una amiga mía que vive en Boston, Anna Shapiro. Cuenta la historia de cinco generaciones de su familia de judios rusos: las penurias, las privaciones, y el antisemitismo se enfrentaron durante más de un siglo en Rusia.

Pero su historia es notable no sólo por las dificultades que enfrentaron, sino por la descripción de la fuerza indomable, el coraje, la tenacidad y la profunda espiritualidad del espíritu humano.

En 1978, Anna y su familia solicitaron la visa de salida para venir a Estados Unidos, sabiendo que sería poco probable que los recibieran y que serían despedidos de sus puestos de trabajo como resultado. Durante diez años la visa les fue negada y, aunque tenían muy buenos estudios, sobrevivían con trabajos temporarios. Finalmente, en 1988, debido a la presión internacional de parte de Judios Soviéticos, les concedieron los visados y pudieron emigrar a los Estados Unidos.

A lo largo de su viaje en Rusia, Anna comenzó a estudiar y luego a enseñar yoga, aunque en aquel momento esta práctica se castigaba con pena de prisión. Ella también encontró un maestro espiritual, José, que era discípulo de Paramhansa Yogananda. Luego, a mediados del año 1980 Anna hizo una conexión importante.

Ella escribe: “José me dijo que en Estados Unidos, en California, había un centro llamado Ananda, que en sánscrito significa “felicidad.” Esta era una comunidad de personas que viven en espíritu de cooperación. Un día José me mostró la revista de Ananda en Inglés. Le pregunté de dónde la había sacado, y me dijo: ‘No te lo puedo decir.’ Él había traducido todos los artículos al ruso palabra por palabra, utilizando un diccionario. José también me dijo: ‘No te puedes imaginar la alegría que llena mi corazón cuando leo los artículos de Ananda acerca del yoga espiritual del Maestro’.” Y añadió que esta conexión espiritual interna con Ananda le dió la fuerza para vivir, mantuvo su fe en Dios, y lo mantuvo consciente de la necesidad de la devoción en el camino elegido – el yoga espiritual.

“Para mí era sólo un sueño increíble poder visitar Ananda y conocer a esta gente espiritual. En aquel entonces no podía imaginar  que 14 años más tarde sería capaz de ir allí y disfrutar de conocer a estas maravillosas personas, algunas de las cuales se convirtieron en mis amigos.”

A mediados de 1980 yo fuí parte del equipo que editaba la revista trimestral de Ananda. Poco sabíamos de las bendiciones que se recibieron al caer su sombra en la lejana Moscú, o que Anna iba a encontrar el camino a su familia espiritual. Dios es el Hacedor.

En su amor,
Nayasuami Devi