Recientemente recibí un e-mail lleno de criticismo injusto, y mi primera reacción fué ponerme a la defensiva. Pude sentir cómo mi mente se aceleraba, preparándose para discutir. Después, tuve un destello de comprensión y recordé lo siguiente: No puedes ahuyentar la oscuridad con más oscuridad. Decidí en cambio, neutralizar la negatividad con gratitud. Pensé acerca de esta persona y recordé varias cosas en él por las cuales yo estaba agradecido. En unos pocos minutos mi nivel de felicidad comenzó a aumentar. Entonces comprendí que la gratitud trae felicidad.

Ciertos alimentos – verduras de hojas verde, los vegetales, las frutas cítricas – limpian y desintoxican el cuerpo. La gratitud limpia y remueve las toxinas del corazón y la mente. La gratitud, así como las frutas y los vegetales, puede ser cultivada.

Intenta esto: Cada noche, antes de irte a dormir, revisa tu día y piensa en una persona, un evento y una cosa por la cual estés agradecido. Varía esto cada día por lo menos durante una semana para no repetir las opciones. Este ejercicio entrenará a tu mente para llevar la gratitud hacia el subconciente. Al principio quizás tengas que ignorar, o incluso rechazar pensamientos negativos. Más adelante ya no los querrás cerca de ti, así como no querrías jugar con una serpiente de cascabel.

Acepta que la vida está llena de desafíos, y encuentra una manera de verlos bajo la luz del positivismo. Paramhansa Yogananda escribió en una carta, “Solía llegar a casa con mi pelo saturado de humo y mis ojos ardiendo después de dar conferencias. Me sentía incluso sofocado. Un día cambié mi forma de pensar; el Espíritu Divino es humo y luz. Desde entonces nuncá más me sentí molesto. La mente lo es todo de acuerdo a la dirección en que la entrenes.” Encender o apagar una luz requiere la misma cantidad de esfuerzo, ¿por qué no elegir la luz entonces?

Foto por Nayasuami Jyotish

La gratitud es expansiva por naturaleza. Cuando sientas que las circunstancias contraen tu corazón con enojo, crítica, o desesperación, apártalas por medio de la gratitud. Intenta hacer esto inmediatamente, cuando tu reacción instintiva sea la contracción. Esto ayudará a entrenar nuevos patrones neuronales más brillantes.

No necesitas hacerlo a la perfección, peró sí necesitas intentarlo. Pasos pequeños nos llevan a viajes largos.

El objeto de tu gratitud solamente importa un poco. Lo que es importante es la corriente de gratitud en sí misma. Esa corriente dará calor a las heladas cavernas que el egísmo ha cavado en tu corazón. No tengas miedo de reconocer a esos enemigos e incluso darles nombres. Es difícil tomar en serio tus estado de ánimo cuando dices con gracia, “La ira Gorila ha vuelto” o “La Reina de Hielo de la Crítica está apunto de hacer su entrada.”

Expande tu corazón: Toma un momento y contempla la cantidad de personas que hacen posible que puedas leer esto. Están aquellos en la industria de la computación que diseñan, manufacturan, envían y venden la computadora que estás usando. Hay millones más involucrados que fabrican tu casa o auto. La silla en la que estás sentado tiene su propia cadena de materiales, producción, calles, autopistas y envío que la han llevado hasta tu puerta. Podría continuar interminablemente, pero es mejor si tú lo haces. Piensa en todos los círculos, cada vez más amplios, de la increíble red que te mantiene. Agradéceles, y aún más agradece especialmente a la Madre Divina, quien es, literalmente la Madre de todos nosotros.

La gratitud te hará feliz.

En gratitud,
Nayasuami Jyotish