Buen Juicio vs Mal JuicioUna historia humorística pero instructiva cuenta que un joven le pide consejo a un sabio caballero con más años que él: “¿Cómo es que usted tiene tan buen juicio?”

El sabio reflexiona un momento y dice: “El buen juicio nace de la experiencia.”

No del todo satisfecho con esta respuesta, el joven sigue preguntando: “¿Y cómo se consigue la experiencia?”

La voz de la sabiduría responde secamente: “Por medio del mal juicio.”

En pocas palabras, esta es la esencia de la ley del karma. Por medio de la ignorancia, que nos impulsa a actuar con mal juicio, nos equivocamos y sufrimos. Poco a poco, con el tiempo adquirimos la experiencia para saber que si, por ejemplo, ponemos nuestra mano en una estufa caliente, nos quemamos. Eventualmente, al enfrentarnos con esta opción, el buen juicio nacido de la experiencia nos recordará nuestro sufrimiento pasado, y lo evitaremos.

Paramhansa Yogananda escribió que todas las experiencias de la vida suceden para nuestra educación y entretenimiento. “Pero”, añadió con un poco de tristeza, “cuán pocos son bien educados o entretenidos.” En esta interminable escuela de vida, seguiremos aprendiendo lecciones, pasando de grado a grado, hasta que perfeccionemos el entendimiento para reflejar la sabiduría de Dios.

Los maestros iluminados, o satgurus, que vienen a ayudarnos a encontrar la libertad espiritual, saben qué lecciones necesitamos para expiar nuestro karma. A través de su dirección y gracia, pueden prepararnos para los desafíos que nuestro karma ha atraído. Sin embargo, nuestros maestros no pueden tomar los exámenes por nosotros, ni protegernos de ellos. Cuando las lecciones vienen, hay que enfrentarse a ellas.

Hay una historia en la vida de Lahiri Mahasaya, uno de los grandes gurús de nuestro linaje espiritual, en la que él está caminando hacia su casa con uno de sus discípulos después de tomar un baño en el Ganges. En un momento determinado, Lahiri se detiene y le pregunta: “¿Puedes arrancar un pedazo de tela de tu dhoti (prenda de ropa típica para los hombres en India)?”

El discípulo, sin entender la petición de su gurú, continuó caminando. Luego de caminar unos pasos más, un ladrillo de una terraza cae y roza uno de los dedos del pie de Lahiri. Sin imutarse, Lahiri arranca un trozo de tela de su dhoti y, con la ayuda de su discípulo, cubre la punta del pie lastimado. Su discípulo le pregunta: “Si sabías que esto iba a suceder Guruji, ¿por qué no lo evitaste? Entonces no hubieras sufrido esta lesión.”

El Maestro respondió: “Eso no es posible. Si lo hubiera evitado, habría tenido que sufrir el dolor en otro momento-¡y con intereses! Tengo que recibir lo que está destinado; por lo tanto, cuanto antes se cumpla, mejor.” En verdad, Lahiri era un avatar sin karma propio, pero estaba enseñando al discípulo, y a todos nosotros, la lección de enfrentarse voluntariamente nuestras pruebas kármicas.

Cuando nos equivocamos en nuestra elección y atraemos sufrimiento a nuestras vidas, la mejor respuesta no es la desesperación o revolcarse en la auto-recriminación y la culpa. Es mucho mejor regocijarse en el hecho de que a través de la experiencia estamos aprendiendo las lecciones de vida que necesitamos, y estamos tomando nuestro siguiente paso hacia la libertad interior.

Deseándote alegría en tu camino,
Nayaswami Devi

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