Hace algunos años atrás estábamos terminando de construir la cúpula del interior del domo donde viviría Swami Kriyananda en Ananda Village, el edificio inicial de lo que ha evolucionado con el tiempo a ser el Crystal Hermitage. Aunque el interior de la cúpula aún necesitaba bastante trabajo para transformarla en un hogar, Swamiji estaba ansioso de mudarser allí.Para acelerar el proceso, reunió un grupo de nosotros después de una meditación una mañana y nos preguntó si nos gustaría ayudarlo a pintar las paredes interiores. ¡Claro que sí! Siempre era una alegría poder pasar todo el tiempo que pudiéramos con él.

Para el momento en que todos nos reunimos en la cúpula eran alrededor de las diez de la mañana. Swamiji trabajó junto a nosotros; pintamos constantemente y en silencio hasta el mediodía. Luego, él sugirió que tomaramos un descanso para meditar y almorzar, y volviéramos a reunirnos a las dos de la tarde.

Cuando regresé después del descanso, me pidieron que pintara las vigas de madera del gran ventanal hexagonal que mira al Bosque Nacional de Sierra.Debido a la madera áspera, era una tarea difícil. Trabajando de pie en una escalera de mano, tenía que concentrarme en cada centímetro y aplicar varias capas de pintura para conseguir una cobertura uniforme.

Cuanto más pintaba, más me absorbía en el proceso, y perdía la noción del tiempo. A medida que me olvidaba de mí misma en la tarea en cuestión, crecía una sensación de alegría y de unidad con una realidad mayor.

Tras lo que pareció un par de horas, Swamiji, miró alrededor y al ver que la pintura de la cúpula se había realizado, dijo, “Bueno, todos, gracias por toda su ayuda. Es hora de terminar el día.” ¡Miré el reloj y eran las tres en punto de la mañana siguiente! Sin darme cuenta del paso del tiempo, habíamos pintado felizmente toda la noche sin sentir fatiga alguna.

Swamiji nos dio una gran bendición a través de esa experiencia: Nos mostró cómo la concentración, cuando se mantiene en una onda portadora de consciencia elevada, se convierte en una sensación de absorción alegre y consciencia expansiva.

En su clásico escrito de ashtanga yoga (el óctuple sendero), Patanjali explicó que el camino hacia la iluminación abarca ocho etapas. La sexta parte de estos pasos,dharana, se puede describir como concentración, o consciencia interior ininterrumpida. El séptimo paso es dhyana, que significa meditación o, más propiamente, absorción.

concentration-to-absorbtion-meditation-patanjali-oneness-300x379Nuestra mente se vuelve absorta en el objeto de nuestra concentración. Si nos concentramos en nuestras faltas las fortalecemos. Al concentrarnos en cambio en las cualidades positivas llegamos a ser más positivos. Y al concentrarnos en la luz interior, o en cualquier realidad divina, adquirimos gradualmente las cualidades de esa realidad interna.

La octava y última etapa del óctuple sendero es samadhi, o unidad. Swami Kriyananda escribió: “Una vez que las ataduras del ego se han roto verdaderamente, y uno descubre que esesa luz, no hay nada que evite que su consciencia se expanda hasta el infinito.”

En cualquier cosa que hagas, ya sea en compañía de otros o estando solo, y especialmente en la meditación, pon tu consciencia ininterrumpida. Eso te llevará a la absorción, y eventualmente a la unidad con todo lo que es. ¡No es tan dificil!

Con alegría en las enseñanzas de nuestro Guru,

Nayaswami Devi

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