Recientemente asistimos a un concierto de Navidad aquí en Ananda Village que fue brillante en su simplicidad, con hermosas piezas de Swami Kriyananda y también algunos villancicos tradicionales. No fui criada como Cristiana, pero de alguna manera el amor por Cristo siempre ha sido parte de mí. Desde que tengo memoria he sentido bendiciones especiales en la época de Navidad: una combinación única de humildad y dulzura, y también infinita amabilidad, compasión y amor.

Durante el concierto de la semana pasada, dos de nuestros talentosos músicos ejecutaron la canción de Swamiji “El Chal de Dios*.” Cuenta la historia de una pobre niña en una fría noche invernal, que se acerca a un hombre rico que está por ingresar a una iglesia, para pedirle que la ayude a encontrar trabajo. Él despacha con gran ostentación a la niña en la noche glacial.

Mientras vaga tristemente, ella ve a un niño pequeño, incluso más pobre que ella, acurrucado contra un umbral. Sintiendo una profunda compasión, ella le da lo único que tiene para dar—su chal harapiento. Y luego sucede un milagro.

Ella y el pequeño son rodeados de calidez, y ella escucha una dulce voz consolándola y asegurándole que todas sus necesidades van a ser cubiertas.

Luego la voz dice:

Mi niña, todos las penas de los hombres se convertirían en dicha,
Si supieran que compartir no es una pérdida.

Porque su amabilidad agranda el corazón humano:

Yo lo sé, ¡Yo, quién murió en la cruz!

Los tres reyes del Este visitan a la Sagrada Familia en Belén. Vitral en la catedral de Bruselas.

He escuchado esta canción muchas veces a lo largo de los años. A menudo ha llenado mis ojos de lágrimas, cuando siento el amor simple, y sin embargo infinito, que es la Consciencia Crística.

En estas fiestas, recordemos el verdadero significado de Navidad como está simbolizado en esta hermosa canción. Estamos aquí en la tierra para aprender a amar como aman los grandes maestros: sin pensar en sí mismos; sin preocupación por la ganancia o pérdida personal; sin barreras hacia los demás, sean sabios o tontos.

Swami Kriyananda envió una carta a Ananda en la Navidad de 1987, en la cual compartió esta inspiración que le había llegado durante un período de retiro que recién había terminado:

“¡Amen a toda la humanidad en Dios! ¡Transfórmense, no solo por Su amor, sino en Su amor! No es suficiente mantener esta inspiración divina del amor como tu propio tesoro secreto. ¡Permite que Dios, a través de ti, alcance y toque los corazones de todos!”

Ayudemos a hacer descender la Consciencia Crística a la tierra entregando a los demás lo que podamos: tal vez una sonrisa; una palabra reconfortante; o un regalo a alguien solo y olvidado. Entreguemos nuestro manto harapiento de amor a otro que lo necesite, y, como la pequeña en la canción, veamos como Dios lo transforma en un chal de oro fino.

Con gozo en Dios, Cristo y Gurú,

Nayaswami Devi

*Puedes escuchar (o descargar) la canción aquí. Swami Kriyananda siempre se renovaba, y unos meses antes de su fallecimiento hizo algunos cambios a las letras de sus canciones. Otros los han grabado, pero creemos que puedes disfrutar escuchando a Swamiji contando la canción él mismo.

AnandaEspanol.org

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