Hoy, 5 de Enero, celebramos el cumpleaños de Paramhansa Yoganada, quien trajo a la tierra el poder espiritual para elevar a la humanidad. En uno de los pasajes más asombrosos en Autobiografía de un Yogui, él describe su experiencia de la consciencia cósmica: “Una gloria creciente en mi interior comenzó a envolver ciudades, continentes, la tierra, sistemas solares y estelares, tenues nebulosas, y universos flotantes… Percibí el centro del empíreo como un punto de percepción intuitiva en mi corazón.”

Si el centro del universo está dentro de nosotros, ¡entonces hay un reservorio de fuerza al que podemos recurrir! Podemos acceder a él desarrollando, a través de la meditación, nuestra conexión interior con Dios—la fuente de todo poder. Cuanto más fuerte se vuelva esta conexión, más se desvanecerán nuestros miedos y ansiedades.

El poder espiritual no es nuestro como para tomarlo o poseerlo, sino que fluirá a través de nosotros si podemos actuar de acuerdo a la voluntad de Dios. No se trata de controlar a los demás, o de vencerlos y destruirlos—ese es el ámbito del poder  terrenal.

Cuando Jesucristo fue llevado por los soldados romanos para ser juzgado y crucificado, sus discípulos desenvainaron sus espadas para defenderlo. El detuvo sus manos, diciendo, “¿Piensan que no puedo orar a mi Padre ahora, y que él me dará más de doce legiones de ángeles? ¿Pero entonces cómo van a cumplirse las escrituras? Así es como debe ser”. Indudablemente tenía el poder para destruir a sus atacantes, pero él eligió usar su fuerza para hacer la voluntad de Dios.

Yoganandaji dijo que cada prueba que enfrentamos en la vida es una prueba para nuestra fuerza de voluntad, y que nunca recibimos una prueba que no tengamos la habilidad para superar. Una vez que entendemos estos dos puntos, estamos armados con poderosas armas para que nos lleven a la victoria.

El poder espiritual también nos permite volvernos una fuente de fuerza y esperanza para los demás. En su vida, Swami Kriyananda enfrentó prueba tras prueba, pero con la fortaleza sacada de su fe en Dios y de la sintonía con su gurú, pudo superar cada obstáculo en su sendero. La creación de Ananda, y lo cientos de miles llevados al sendero de Yogananda a través de él, son un enorme testamento de lo que puede lograr el poder espiritual.

Una vez, luego de que Swamiji pasara por un período particularmente difícil, le dije, “No sé si tengo la fuerza para soportar lo que has tenido que pasar en esta vida.”

“Yo no sabía que tenía la fuerza,” respondió, “pero la fe es mi armadura.” Esta afirmación fue tan fuerte que la usé como el título para una biografía de su vida—La Fe Es Mi Armadura—que me pidió que escribiera varios años más tarde.

Recientemente leí un ensayo llamado “Fuimos Hecho Para Estos Tiempos.” Concluye con las palabras: “Cuando un gran barco está en el puerto y amarrado, está seguro, no cabe ninguna  duda. Pero eso no es para lo que se construyen los grandes barcos.”

Por eso, mientras te embarcas para el viaje de 2018, cualquiera sean los obstáculos que pueda haber delante de ti, recuerda inspirarte en los ejemplos de los grandes guerreros espirituales. Como ellos, desarrolla tus propios poderes espirituales para que puedas navegar en forma segura a través de todas las tormentas de la vida, y dirigir el barco de tu alma hacia las playas de la consciencia de Dios.

Deseándote un dichoso y bendecido Año Nuevo,

Nayaswami Devi

AnandaEspanol.org

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