En Ananda Village (pulse apara ver el enlace en inglés) recientemente celebramos nuestro “Día de la Hermandad Mundial” (pulse aquí para ver el video en inglés) anual, una tradición de cerca de cuarenta años, en la cual los individuos ofrecen el salario de un día para ayudar a difundir las enseñanzas del Maestro (pulse aquí para ver el enlace en inglés). Realizamos este evento al comienzo de la época de Navidad como un recordatorio de que nuestro primer regalo de las fiestas debería ser ofrecido a Dios para ayudar a traer luz al mundo.
En 1974 viajé por el mundo con Swami Kriyananda, fue mi primera experiencia de ver su gran variedad de culturas y tradiciones. La primera etapa de nuestro viaje nos encontró en Hawaii en el ashram de un maestro espiritual muy conocido, Subramuniya. Cuando nos íbamos él dijo algo que siempre he recordado. “Ustedes nos han traído su luz, y hemos añadido la nuestra. Ahora, mientras viajen por el mundo, continúen dando y recibiendo hasta que envuelvan todo el planeta en hilos de luz.” La imagen de rodear al planeta con cintas de luz ha venido en mis meditaciones a menudo. Pero este año más que nunca, se necesita la luz para ayudar a aliviar el sufrimiento generalizado que vemos en todos lados.
Los problemas que nos asolan están enraizados en nuestros corazones y mentes. Podemos gastar trillones de dólares en tratamientos médicos y parches económicos, pero ellos solos no curarán las enfermedades subyacentes de la humanidad. La única cura duradera es que la gente se dé cuenta de que todos somos hermanos y hermanas. Que empiece contigo y conmigo. Compartamos, en círculos siempre crecientes, hasta que nuestra bondad envuelva a todo el mundo en filamentos de paz, amor y luz.
¿No es curioso que las dos festividades sagradas, Navidad en Occidente, y Diwali en India, están llenas de imágenes de luz? Paramhansa Yogananda explicó que el árbol de Navidad, con sus hermosas luces y adornos, simboliza nuestra columna astral, que debería estar decorada con cualidades agradables y actitudes brillantes. La estrella en la cima es, por supuesto, la estrella del ojo espiritual.
Es bueno compartir historias de esperanza y entrega. Aquí hay algunas reales y reconfortantes que ejemplifican los principios de la hermandad mundial:
- Un estudiante de una familia pobre no tenía dinero para el almuerzo en su escuela secundaria. Uno de sus profesores se dio cuenta y le dijo en forma casual, “Estás mostrando verdadero talento para el arte. Si vienes a mi aula a la hora del almuerzo, estaré feliz de darte clases particulares.” La profesora sacó su propio almuerzo y lo partió por la mitad para compartirlo con el estudiante.
- Los trabajadores de la salud en todo el mundo están arriesgando sus propias vidas y bienestar, tanto como el de sus familias, para cuidar a los enfermos y moribundos.
- El “maestro del año” global de este año es de una aldea rural en la India. Ha decidido compartir su premio de un millón de dólares con los otros nueve finalistas para el premio. De esta forma van a ser ayudados miles de estudiantes en vez de cientos.
- Madre Teresa contó acerca de un evento durante una época de hambruna en Calcuta. Una de sus monjas trajo una bolsa de arroz para una familia hambrienta. La madre inmediatamente le dio la mitad a otra familia hambrienta. Madre Teresa observó, “La generosidad no me sorprendió, pero la habilidad de pensar en los demás durante un momento de crisis en tu propia familia es bastante excepcional.”
Swami Kriyananda escribió una bella canción, “El Chal de Oro,” que captura el verdadero espíritu de la bondad y hermandad. Una línea es, “Porque es la bondad la que expande el corazón humano. ¡Lo sé, yo que morí en la cruz!”
Que nuestros corazones estén tan llenos de bondad y luz de modo que abracen a todo el mundo durante esta temporada santa.
En amistad divina,
Nayaswami Jyotish
P.D. : Pueden disfrutar nuestras charlas del Día de la Hermandad Mundial (pulse aquí para ver el enlace en inglés), y este nueva grabación de “El Chal de Oro (pulse aquí para ver el video en inglés).”