Este puede ser el periodo más importante de nuestra vida. Estamos bajo presión por múltiples fuentes: una pandemia mundial, una economía turbulenta, y ahora, un llamado global para un cambio social de gran envergadura. Las pruebas proporcionan oportunidades. Cómo reaccionamos a estos desafíos determinará nuestro karma futuro, definitivamente para esta vida, y tal vez para muchas encarnaciones venideras.

Paramhansa Yogananda usaba esta imagen: Imagina el cerebro como si tuviese una balanza invisible que pesa todas nuestras acciones buenas y malas del pasado. Nuestras mentes subconsciente y superconsciente están inundadas por un flujo continuo de influencias, ya sean positivas o negativas de acuerdo a la forma en que se incline la balanza. Este flujo karmico determina cómo pensamos, incluso cómo percibimos el mundo. El mismo poder ejerce su fuerza también en la consciencia de las masas de las naciones y del planeta como un todo.

¿El karma determina realmente qué sucede? Podría parecer como si fuese una fuerza más bien débil: filosóficamente interesante, pero no un factor importante en nuestra vida diaria. Sin embargo, nada podría estar más alejado de la verdad. El karma es la causa principal de la forma en que pensamos, sentimos, y actuamos. Una vez le preguntaron a Swami Kriyananda si nuestras decisiones diarias están determinadas por el karma pasado. Él respondió, “Determinará incluso el color de la corbata que uses hoy.”

Estar en armonía con Dios crea buen karma y lleva a las buenas decisiones.

Lo mismo es verdad para las naciones. Yogananda señaló que las decisiones tomadas por líderes como Hitler y Churchill durante la Segunda Guerra Mundial están determinadas por el karma de esas naciones. El karma negativo de Alemania nubló la mente de Hitler y lo hizo decidir atacar Rusia en un momento en que podría haber acabado fácilmente con Inglaterra. Dicho simplemente, el karma tanto en el nivel individual como en el nivel de masas determinará el resultado de cada situación. El karma rige porque es la forma de Dios de enseñarnos las lecciones espirituales que necesitamos. Estar en armonía con Dios crea buen karma y lleva a las buenas decisiones, mientras que el mal karma golpea si hemos actuado en contra de Su voluntad.

El otro día estaba caminando por un pequeño camino a través del bosque aquí en Ananda Village en el norte de California. En un punto vi una babosa banana en el medio del camino. No sé si alguna vez han visto una, pero en el mundo de las babosas son extraordinariamente enormes. Este espécimen en particular, aunque tenía por lo menos quince centímetros de largo, seguía siendo una babosa y la velocidad no era parte de su constitución, lo que lo dejaba vulnerable si llegaba a venir un auto. Por eso me detuve y suavemente la moví al costado del camino. Realmente no lo había pensado dos veces hasta ahora mismo mientras escribo estas palabras. Puede parecer un incidente trivial, pero así como tratamos a la más pequeña de las criaturas de Dios, así también tratamos a la más grande.

Al mundo ahora se le está pidiendo tomar algunas decisiones: ¿los poderosos se inclinarán para ayudar a los ricos, o se harán a un lado con indiferencia, o aún peor, usarán su predominio para beneficio personal? ¿Los ricos darán voluntariamente un poco de sus recursos para ayudar a los pobres? ¿Continuaremos, como naciones, poniendo la ganancia económica a corto plazo sobre las necesidades del medio ambiente y el bienestar de las futuras generaciones?

Lo que haces hoy, en este mismo momento, pondrá algunos “gramos” de karma ya sea en el lado bueno de la balanza o en el negativo. Elige sabiamente, amigo. Sigue, como tu guía, el consejo de los grandes maestros a lo largo de las eras. Sé amable, sé fuerte, sé una fuente de luz, y “Haz a los demás lo que te gustaría que te hagan.”

Intenta esto: Hoy, ayuda a alguien que es más vulnerable que tú. Ten una conversación con una persona que haya sentido la oscura sombra de la opresión. Escucha, aprende, y luego erradica cualquier prejuicio que pueda merodear en los recovecos escondidos de tu propio subconsciente.

Si hacemos estas cosas simples ahora, mientras estamos bajo presión, crearemos un campo de fuerza invisible de buen karma, al que la oscuridad no puede penetrar—una bendición protectora para nosotros como individuos, para nuestro país, y para el mundo.

En amistad divina,

Nayaswami Jyotish

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