En nuestro último mensaje, Devi escribió acerca del karma y el libre albedrío. Me gustaría observar otro aspecto de este tema fascinante.

Una vez, durante un satsang, alguien le preguntó a Swami Kriyananda: “¿Cuánto de lo que nos sucede es determinado por nuestro karma?” Su respuesta generó consternación en la audiencia: “Virtualmente todo está predeterminado, incluso la camisa que te pusiste esta mañana.”

Aunque nadie lo dijo en voz alta, uno podía sentir la reacción de la audiencia: “¡Eso es injusto! ¿Es que yo no tengo ninguna libertad para decidir?”

La respuesta a esta pregunta es complicada, y depende casi completamente de cómo definimos “yo.” Si pensamos que somos el ego (el alma apegada al cuerpo y la personalidad), entonces tenemos muy poco libre albedrío. Pero el alma, libre del ego, tiene mucho. Esta ilustración puede ser de ayuda:

Hace poco soñé que estaba caminando en los Himalayas, sin duda porque en pocos días iremos a visitar la cueva de Babaji. En este sueño, un personaje me representaba a “mí.” Se movía a través del tiempo y espacio del mundo del sueño e interactuaba con otros personajes. Igual que en este mundo, había una percepción clara de que este actor era “yo”, y que los otros eran… bueno, “otros.” Cuando desperté me di cuenta, por supuesto, que el sueño, las montañas, y todos los muchos personajes eran simplemente creaciones de mi propia mente.

¿Qué pasaría si el “yo” de mi sueño de repente hubiese demandado tener libre albedrío, queriendo cambiar el color de su camisa, o caminar por delante de otro de los actores del sueño, o estar solo? ¿Es su falta de libre albedrío injusta? No realmente, porque en otro nivel, siendo el creador del sueño, yo tenía el control. Similarmente, la libertad para decidir en esta vida le pertenece al tú real: a tu alma despierta, no al ego soñador.

Si el propósito de la vida es el despertar de este sueño de maya, ¿realmente queremos que el ego limitado esté a cargo? ¿No sería mejor darle dichosamente el control al alma, permitiendo que el ego atraiga lecciones kármicas que la ayudarán a liberarse? El drama de la vida es, como Paramhansa Yogananda dijo, “para nuestra educación y entretenimiento.” Y luego añadió irónicamente: “Pero cuán pocos son educados o entretenidos.”

Aunque nuestras condiciones están determinadas en gran parte por nuestro karma pasado, la forma en que nosotros (el alma actuando como el ego) reaccionamos a las circunstancias es muy importante. Reacciones iluminadas como el amor, gratitud, o el perdón, nos liberan, mientras que las reacciones que se centran en el ego crean más atadoras. Gyanamata, la discípula más avanzada de Yogananda, una vez estaba enfrentando a una prueba muy dura. Cuando le preguntó a Dios qué orar, recibió la respuesta: “No cambies ninguna de las circunstancias de mi vida. Cámbiame a mí.”

En camino a la libertad del alma,

Nayaswami Jyotish

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