Ananda comenzó como un retiro antes que como una comunidad, era el año 1969 y unos pocos se mudaron a lo que hoy llamamos el “Meditation Retreat” (Retiro de Meditación). Entre ellos estaban Swami Kriyananda y yo. Y también Sisi.
No mucha gente se acuerda de Sisi. En aquella época, la primavera de 1969, ella tenía probablemente unos tres años, hoy en día diríamos que era hiperactiva, pero hace cincuenta años se decía que tenía mucha energía.
Ella fue una de las principales razones para que actuáramos rápidamente y compráramos un terreno para la comunidad que estuviese lo suficientemente alejado, de manera que no se perturbara la quietud y la calmada vibración que necesita un retiro. Sisi dejó bien claro que los niños y el silencio no combinan muy bien.
Para construir una visión del modelo de las “colonias de hermandad mundial” que ideó Paramhansa Yogananda necesitaríamos un lugar donde no tuviésemos que reprimir la naturaleza boyante de los jóvenes. Así fue que en pocos meses la mayoria de los residentes, incluyendo las familias, encontramos, compramos y nos mudamos a lo que en hoy día se conoce como Ananda Village.
Durante el primer año en la comunidad viví en una tipi (estilo de carpa nativa norteamericana) y el año asiguiente en un diminuto remolque. En el verano del tercer año, en 1972, comencé a construir un pequeño domo geodésico que sería mi hogar por varios años, hasta que fue destruido por un incendio que lo devoró por completo. Para aquellos que han oído la historia, éste es el domo que estaba lleno de goteras. Comencé a vivir en él aunque no estaba terminado, el piso de la estructura estaba como a 90 centímetros del suelo y aún no había tenido tiempo de poner las escaleras.
Un día, temprano por la mañana, escuche algo escarbando y arañando en la entrada. Después escuche una vocecita, Sisi había venido a visitarme, obviamente sin importarle que fuese muy temprano. Pero estaba teniendo problemas para saltar y entrar, había una diferencia de altura y la entrada le quedaba a la altura de su pecho. Entonces la oí pronunciar una frase que he recordado siempre: “Hummm,” dijo “esto está difícil, mejor utilizo mi máxima potencia.” Y dio un salto hacia arriba.
¿Cómo puedes alcanzar tu máxima potencia? Bien, el entusiasmo es una vía, Paramhansa Yogananda dijo que “A mayor fuerza de voluntad mayor será el flujo de energía”. Es importante no pensar que algo es imposible; bloqueamos el poder que Dios nos dado al pensar negativamente. Sisi no bloqueó su flujo de energía, ella quería visitar a su amigo y divertirse y los escalones que faltaban no iban a interponerse en su camino.
Es interesante notar que el nombre “Sisi” en si mismo nos dé esa vía de máxima energía. En las lengua latinas – Español e Italiano por ejemplo – su nombre es la palabra SI repetida dos veces, y esto ejemplifica el espíritu afirmativo: “SI SI”!
Así que la próxima vez que te enfrentes a algo difícil, tan solo recuerda a Sisi, se entusiasta, diviértete, di sí y alcanza tu máxima potencia.
En jubiloso entusiasmo,
Nayaswami Jyotish