Una amiga compartió conmigo una maravillosa observación que oyó recientemente. Ella estaba leyendo el Bhagavad Gita, cuando otro devoto pasó caminando y comentó: “Es un muy buen libro. Es un misterio, pero te diré cómo termina: ¡Dios lo hizo!”

Al hablar con otras personas, a menudo nos preguntamos: “He oído que debemos sentir que Dios es el Hacedor, pero ¿cómo puedo hacer eso realmente?” Éste es un concepto sutil de entender, pues parece que fuéramos nosotros quienes tienen que tomar las decisiones y poner la energía para lograr nuestros objetivos.

Curiosamente, sin embargo, los hombres y mujeres que alcanzan grandes éxitos,a menudo tienen la sensación de que un poder mayor trabaja a través de ellos. Swami Kriyananda es un buen ejemplo de eso. La gran cantidad de cosas que hizo: libros escritos, composiciones musicales, conferencias que dio, las comunidades que fundó, no parecen humanamente posible.

Sin embargo, todo lo que él hacía se producía en tal flujo de energía y gracia que él realmente no sentía que fuera un logro personal. El secreto de su creatividad era una intensa auto-ofrenda de su vida y de sushabilidades a su gurú, desapego interior, y una humilde apreciación por lo que Dios había realizado a travésde él.

Una vez estábamos mostrando a un visitante, Swami Shankarananda de Rishikesh, los alrededores de Ananda Village, y comentó: “Al principio no podíaimaginarme cómo Swami Kriyananda fue capaz de hacer todo esto. Cuando me di cuenta que él no lo hizo, ¡Dios lo hizo!”

¿Cómo pasar de “yo estoy haciendo esto” a “Dios está haciendo esto a través de mí”? Aquí hay dos puntos que pueden ayudarte:

1) Para sentir a Dios actuando a través tuyo, debes estar dispuesto a dar más de ti de lo que has dado antes. Jyotish y yo volvimos recientemente de unas cinco semanas intensivas de viaje, durante las cuales compartimos las enseñanzas del Maestro en toda la India. A menudo sucedía que teníamos grandes programas públicos con muy poco tiempo para prepararnos o descansar con anticipación.

Todo lo que podíamos hacer era meditar y orar interiormente a Dios para que nos diera algo significativo e inspirador que pudieramos compartir con los asistentes. Invariablemente, la inspiración y los pensamientos se producían en nuestros momentos de necesidad, y nos dimos cuenta de que Dios nos estaba dando lo queteníamos decir.

2) Trata de ofrecer todos tus pensamientos y acciones a Dios. Cuanto más podamos entregar la propia voluntad a la voluntad de Dios, más sentiremos su gracia y poder, fluyendo a través de nosotros.

Cuando estábamos en la India, tuvimos un programa de fin de semana dedicado al Mahasamadhi de Yogananda en un centro de retiros muy bonito en las afueras de Bangalore llamado “Escuela de la Antigua Sabiduría.” Los alrededores estaban llenos de preciosos jardines y tenían citas inspiradoras en todas partes. Una de ellas en particular me llamó la atención:

"Di cada palabra, realiza cada acción, has frente a cada situación ante un altar interior donde te arrodilles en adoración y auto rendición, bajo el signo y sello de tu Ser superior."

“Di cada palabra, realiza cada acción, has frente a cada situación ante un altar interior donde te arrodilles en adoración y auto rendición, bajo el signo y sello de tu Ser superior.»

“Di cada palabra, realiza cada acción, has frente a cada situación ante un altar interior donde te arrodilles en adoración y auto rendición, bajo el signo y sello de tu Ser superior.”

Cuanto más ofrecemos nuestras vidas de todo corazón, más podremos sentir, como dijo el Maestro, que Dios es “el único poder activador.”

En amistad divina,

Nayaswami Devi